El Toyota GR86 de segunda generación sigue la misma fórmula de tracción trasera que el GT86 de primera generación. Desarrollado nuevamente en conjunto con el Subaru BRZ, el GR86 está propulsado por un motor de cuatro cilindros bóxer de 2.4 litros y una transmisión manual de seis velocidades. Esta vez, Toyota ha abordado nuestra principal queja con la última generación y le ha dado al GR86 más caballos, 234 CV para ser exactos, 34 más que en su predecesor y casi medio litro adicional de cilindrada. El resultado es una experiencia de conducción fantástica por su precio, acompañada de un cambio manual con un tacto fabuloso y en general una puesta a punta tan o más buena que antes, pero ahora con un mayor confort en el uso del día a día.